Article Translations: (English)
Como aprender a conducir o a organizarse los gastos, responsabilizarse de la propia salud forma parte del proceso de transformarse en un adulto independiente. He aquí algunos consejos sobre qué implica este proceso y por qué es tan importante.
Si eres como la mayoría de los adolescentes, hasta ahora habrás dejado tus cuidados médicos en manos de tus padres. A fin de cuentas, a ellos les importa y les preocupa tanto tu salud como a ti mismo. Pero nadie sabe tanto sobre tu propio cuerpo como tú: vives dentro de él y eres quien sabe cuándo hay algo que no va bien.
Responsabilizarte de tu propia salud te permitirá tomar decisiones que repercuten en tu día a día. Y también te preparará para cuando llegue el momento en que seas tú quien se haga su propio seguro médico o quien tome decisiones sobre la salud de sus propios hijos.
Lo más probable es que ya sepas algunas cosas sobre tu salud. La mayoría de nosotros hemos tenido que faltar a clase por haber contraído algún virus, hemos tenido que tomar algún tipo de medicamento o hemos sufrido una lesión deportiva en algún momento.
Pero, incluso la gente que tiene mucha experiencia tratando con médicos y hospitales tiene lagunas en sus conocimientos sobre el sistema médico. Si padeces una afección médica, como la diabetes o el asma, es posible que conozcas bien algunas cosas (como cuándo te has de tomar la medicación), pero estés mucho menos informado sobre otras (como el nombre del medicamento que tomas o cómo rellenar una receta).
Ha llegado el momento de llenar esas lagunas. He aquí cómo.
Empieza obteniendo tu información médica básica. Disponer de esta información te ayudará en una urgencia médica. Pide a tu madre, a tu padre o a quien se encargue de llevar tus temas médicos que te facilite los siguientes cinco datos:
Parte de esta información (como los datos para contactar con tu médico, tus alergias o los medicamentos que tomas) la deberías guardar en la memoria de tu teléfono móvil. Guarda el resto de la información, como tu historial médico, en un lugar seguro y privado, como un "pen drive" protegido con contraseña.
Cuantas más cosas aprendas sobre tu propia salud, más acertadas serán las decisiones que tomes y más cómodos se sentirán tus padres permitiendo que las tomes.
Elegir a tu propio médico es una de las decisiones más importantes que puedes tomar. Mucha gente prefiere conservar al médico que la ha llevado desde que era pequeña a lo largo de toda la adolescencia (aunque, si tu médico es pediatra, deberás acabar haciendo el cambio). Otra gente considera que la adolescencia es un buen momento para cambiar a un médico de familia, a un especialista en medicina adolescente o un internista.
Tu médico debe ser una persona con quien te sientas cómodo para hablar sobre cualquier cosa, como tu imagen corporal, el hecho de salir con chicos o chicas, tus relaciones sentimentales, la presión del grupo para beber alcohol o consumir drogas, los problemas escolares o la depresión. Aclara qué es lo que más te importa, como tener un médico que te haga buenas preguntas, que sea joven o que sea de tu mismo género. Tómate todo el tiempo que necesites para encontrar al médico adecuado. Si tienes que cambiar de médico un par de veces, no pasa nada.
Incluye a tus padres cuando tomes tus decisiones. Ellos se han encargado de llevar todos los temas relacionados con tu salud hasta ahora, y lo más probable es que necesiten un período de transición para hacer bien el "traspaso". Es posible que tus padres prefieran que te siga visitando un médico en concreto; por ejemplo, si tienes hermanos y/o hermanas, les resultará más fácil que el mismo médico los atienda a todos a la vez. Pero seguirá habiendo formas de que tomes tus propias decisiones.
He aquí algunas de las cosas que puedes empezar a hacer cuando tengas alrededor de 14 años:
He aquí lo que deberías hacer tras concluir la enseñanza secundaria:
Conforme vayas adoptando un rol cada vez más activo en la gestión de tu propia salud, pide ayuda a tus padres. Aunque estés bastante seguro de conocer la respuesta a algo, pedir ayuda es una buena forma de trasmitir a tus padres la tranquilidad de que te responsabilizas de tu salud y de que les harás preguntas cuando lo necesites.
Las pólizas de los seguros médicos pueden ser complicadas y cambian a menudo. Permitir que tus padres participen en este proceso te puede ayudar a estar seguro de que los médicos aceptarán tu seguro médico y no tendrás que pagar tú todos los gastos.
Tal vez la mejor forma, y también la más fácil, de responsabilizarte de tu propia salud consista en empezar a cuidarte. Puedes hacerlo a cualquier edad:
Es fácil dejar que tus padres te saquen siempre las castañas del fuego, pero responsabilizarte de tu propia salud es una forma estupenda de desarrollar una habilidad fundamental para la vida y de demostrar tu independencia. Es el mejor punto de partida que te puedes dar a ti mismo en el camino hacia el bienestar para toda la vida.
Nota: Toda la informacion incluida en este material tiene propositos educacionales solamente. Si necesita servicios para diagnostico o tratamiento, tenga a bien consultar con su medico de cabecera.
© 1995-2024 KidsHealth ® Todos los derechos reservados. Imagenes proporcionadas por iStock, Getty Images, Corbis, Veer, Science Photo Library, Science Source Images, Shutterstock, y Clipart.com